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Erin Arias Barrantes, pasión por la Medicina y un sueño a punto de cumplirse

Erin Arias Barrantes, pasión por la Medicina y un sueño a punto de cumplirse

 

Desde muy pequeña, Erin Arias Barrantes sintió el llamado a estudiar Medicina. Su vocación se fue enriqueciendo en las aulas de la Escuela de Medicina y Cirugía de la Universidad Latina de Costa Rica hasta convertirla en un ejemplo para muchos jóvenes.

Arias se encuentra cursando los dos últimos bloques del internado de Medicina. En marzo comenzó el bloque de Ginecología, en el Hospital San Vicente de Paul, en Heredia, y en junio próximo podría comenzar el de Pediatríaen Texas.

“Es una maravillosa experiencia para los estudiantes y me sentiría muy afortunada de ser yo la estudiante que pueda llevar lo  que hemos aprendido a lo largo de estos años de estudio en esta prestigiosa Universidad, a la que respeto y admiro”, afirma.

Un sueño cumplido. Como muchos niños, Erin soñaba con ser doctora y dos momentos en su vida marcaron el inicio del camino a hacer su sueño realidad.

Cuando  tenía 10 años fui a una feria de biología donde se exponían piezas anatómicas, pero por mi edad no me dejaban entrar. Mis papás lograron ir conmigo y ahí tuve en mis manos un corazón por primera vez, era de una vaca y, desde ese momento, me di cuenta que quería para mi futuro”, recuerda.

Años después, mi abuelita enfermó de Leucemia y pasó por un proceso muy difícil. Antes de fallecer, le conté que quería ser médico y ella me dijo que ese siempre fue su gran sueño, pero la vida la llevó por otro camino. Me pidió que, cuando lo fuera, recordará que el paciente es una persona y detrás de ella hay toda una familia que espera que hagamos lo mejor para su recuperación; que sirviera con amor, entrega, pasión y compromiso… y aquí estoy”, agrega.

El camino para alcanzar su sueño no ha sido fácil. Como estudiante de Medicina ha tenido que superar incontables retos personales y académicos para llegar a ser una profesional en su campo.

“Estudiar medicina no es fácil, se requiere de gran apoyo y he sido muy afortunada de contar con mi familia, que han estado para mí, apoyándome todos los días, y mis profesores, que también han sido una red muy importante”, asegura.

“Mi fuerza en habilidades blandas es un gran soporte para sobrellevar las adversidades y es una bendición haber sido formada en un ambiente de armonía, ya que el desafío de esta carrera requiere tener una fortaleza espiritual muy profunda con recursos y herramientas muy claras de las relaciones sanas para compartir con todas las personas que están en el contexto”, añade.

Erin asegura que el hecho de que cada paciente que recibe tiene una historia de vida y una historia médica diferente la reta día a día a continuar investigando (otra de sus pasiones desde joven) y le brinda la oportunidad de brindar una atención integral.

Es por eso que quiere especializarse en Oncología Quirúrgica en los Estados Unidos y regresar a Costa Rica en un futuro, para ayudar a desarrollar esta especialidad en nuestro país y  devolver “un poco” de lo mucho que he recibido en su vida.

“Me veo como una persona agradecida. Me encantaría estar en las aulas con las nuevas generaciones que desean ser parte de esta gran profesión, para poder orientarlos y enseñarles que la medicina es una ciencia muy importante, que cura, pero que la atención que un paciente recibe puede hacer una gran diferencia”, sostiene.

Y para quienes están estudiando Medicina y que, al igual que ella, luchan día a día para vencer los retos de este camino profesional, Erin tiene un valioso consejo.

“Que no se den por vencidos, que no es un camino fácil y que tal vez se pregunten si tomaron la mejor decisión, pero tengan claro que las mejores cosas de la vida son así. Busquen en su interior que, por alguna razón, la Medicina nos elige y no existe otra explicación, sólo se siente, cuando lo único que se desea es hacer lo mejor por esta profesión”.